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Política Otro⏱ 1 Minuto de lectura
El Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1, también conocido como "El Altiplano", es considerado uno de los centros penitenciarios más seguros en México. Sin embargo, esta categoría fue puesta en duda cuando Joaquín "El Chapo" Guzmán, padre del recientemente detenido Ovidio Guzmán López, logró escapar de esta cárcel a través de un túnel en 2015. El Altiplano cuenta con muros gruesos y altos, videovigilancia en casi todas las áreas y un sistema que bloquea la señal para el uso de celulares. Los internos, que incluyen delincuentes altamente peligrosos y detenidos sin sentencia firme, están aislados la mayor parte del día y tienen muy poca comunicación con otros reclusos, custodios, abogados y familiares. Según un funcionario del sistema penitenciario en México, que pidió el anonimato, estos centros de readaptación se inspiraron en el modelo sajón, cuyo objetivo es la segregación de los internos en lugar de su reinserción. A pesar de ser "impenetrables en teoría", la corrupción ha permitido la fuga de algunos reclusos, como El Chapo. Medios nacionales e internacionales también han informado sobre huelgas de hambre lideradas por El Chapo y Édgar Valdez Villarreal, alias "La Barbie", en protesta por los supuestos malos tratos que reciben en el centro. Además de Ovidio Guzmán López, El Altiplano ha albergado a algunos de los criminales más peligrosos de México, incluyendo a narcotraficantes como Servando Gómez Martínez "La Tuta" y Rafael Caro Quintero, y a personajes conocidos como Mario Aburto Martínez, acusado del asesinato del político mexicano Luis Donaldo Colosio. Los internos tienen poco tiempo para salir al aire libre y ejercitarse, lo que eventualmente puede afectar su salud mental y emocional. Aunque la cárcel tiene capacidad para 764 internos, actualmente aloja a 488.